Adiós a las esperpénticas tardes carentes de todo respeto a la intimidad y al honor.
Adiós al regocijo del dolor y la miseria humanas, del sexo por el sexo, del escándalo, de la violencia, de la exhibición del cuerpo humano desnudo si ton ni son, especialmente el femenino.
Adiós a tratar de manera fútil temas de máxima seriedad como la prostitución o las drogas.
Adiós al disparate y al delirio diarios, a fomentar las refriegas y los alaridos por encima del diálogo.
Adiós a las crónicas chabacanas, barriobajeras, a las entrevistas imposibles a través del interfono y a la crítica necia y sin sentido, a cualquier precio.
Adiós a la manipulación al cubo.
Adiós, pero como decía el filósofo Gustavo Bueno en una entrevista con Jesús Quintero:
"Telebasura viene del latín, barredura que no es sino barrer. Además basura, como tal, en cierto modo, somos todos. Ya lo decían los místicos, que los hombres no somos más que cuerpos llenos de basura, que terminamos en la muerte, que es el estercolero completo. Así, el que dice que la basura es inmunda, no es del todo cierto, porque inmundo significa algo que no está en el mundo, y fuera del mundo no hay nada. Entonces, la basura está en el mundo."
Quitan "Aquí hay tomate", pues bueno. No es comparable a cuando acababa la temporada de Friends. Eso sí que daba pena. Pero a la sobremesa de morriña y siesta, tampoco se le puede pedir que programen algo similar a Redes. No es plan. Entretenía y enganchaba y eso, junto al "share", es lo que les importa a los señores de la tele.
Pero es que yo también me he reído algunas noches con "Escenas de matrimonio". Y como muy sabiamente decía el otro día una amiga, Marta: "tampoco hay que tomarse las cosas tan a pecho".
Y es que, mucho me temo, que sin basura no podemos vivir.