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martes, 8 de marzo de 2011

Mi yayo, sin más

Yayo Pau y Lara. 20 de agosto de 2009. Santa Pau (La Garrotxa).
La montaña y él, libre.
El bocata de tortilla con pà amb tomàquet o de fuet o de bull negre o de sobrasada caliente, la de Rubielos de Mora, con queso fundido. Los zumos de piña en el macuto, el vaso plegable, la botella de plástico con agua; el chocolate "rojo" de Nestle. Mi memoria.
Atento eternamente a los demás. Su sabiduría, siempre algo para explicar; y yo, para aprender.
Los días de la Mona, la haba en Reyes, fiesta, las costilladas.
El cesto de mimbre y los bolets. Los fredolics, el ou de reig, los rovellons con ajo y perejil. Mi padre, mano a mano con él.
Ahora, sus cenizas, cubren parte de Les Lloses (tantas madrugadas otoñales disfrutó allí...). Un pedazo esmeralda, húmedo y con olor a selva, casi. Inmarchitable ya.
Es sencillo: no habrá deshielo, lluvia (su lluvia), brisa primaveral, hojas chasqueantes de verano, otoño bermellón o invierno mustio que lo arranquen de mi corazón.
Y le escucho: sus risotadas, esos entrañables chistes malos.

2 comentarios:

Thalassa dijo...

Macuto què és? Els seus comtes inventats de la Pili, la Mili i la Cecili.

Natsuki dijo...

xDDDDDDDDD...