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miércoles, 7 de mayo de 2008

Pin y Pon y la casa cúbica

La futura e inminente casa de Carles y ésta que os escribe.
Para los que nunca habéis estado en mi casa, la de siempre, donde vivo, la de los papas, la de toda la vida, la de las celebraciones de cumpleaños con ganchitos y bocatas de pan bimbo con nocilla, la de las tardes de domingo con la alfombra cubierta de piezas del Tente... pues es un pisito, como el de tantos. En una ciudad dormitorio de Barcelona, en Viladecans, con un salón, una cocina, un baño y tres habitaciones, eso sí, dobles, porque en los pisos de obra nueva éstas son tamaño Pin y Pon. Ha sido el único hogar, ni siquiera teníamos la típica torre para irnos los fines de semana, razón por la que todavía le tengo más cariño. No habia otra. Digamos que siempre, me haya gustado o no, con bochorno o aire helado, ha sido mi casa, la casa. Sin mis padres, se quedó grisácea, como si le faltasen ventanas. Faltaba el ceño fruncido de mi padre que se deshacía al instante nada más recibir un beso o un abrazo, y la eterna jarana de ella, perenne alegría de madre, mujer y amiga. Todo llega, ya lo dice mi yayo Pau, pero es que es la pura verdad verdadera, que dicen los de Yoigo. Nos hemos tropezado con ella o, quién sabe, tal vez ella ha topado con nosotros. La cuestión es que, si todo va bien, en menos de una semana habremos firmado el contrato de arras de la casa que véis al principio de este post (a un año vista, para poder vender antes la mía). Es una casa cúbica, en Cervelló, muy cerca de Barcelona, minimalista, porque a nosotros, a Carles y a mí, nos gustan las cosas muy sencillas, cuánto más, mejor. Como la vida misma. Susto, mucho, porque quedaremos re-hipotecados. Pero veré montañas cuando suene el despertador. Y me daré chapuzones en la piscina desbordante del jardín. Y no tendré que aguantar más el horno apestoso de abajo y los gritos de su histérica propietaria. Chasqueo los dedos de alegría. Ah, para todos los que me dáis estrujones en silencio, con piel o sin ella, y estáis siempre ahí, habrá barbacoa y zambullidos en la piscina. Palabrita. ¿Lo mejor de todo esto?, compartirlo con una personita extraordinaria y única, que es Carles. Gracias a él sé que después de llover siempre para, aunque la tormenta sea interminable.

10 comentarios:

diego dijo...

Hola Lara.

Te leo a veces, para ver qué es de tu vida.
Como tú a mí, más o menos.

Me gusta tu prosa lírica aunque muchas veces no entienda las imágenes que escribes. En parte, eso es la poesía: que cada uno la haga suya.
De todas formas estoy esperando a que algún día te decidas por el dirty realism. Aunque sea sólo un día, por el morbo y eso ;)

Oye, la casa es bastante Lynch y lo sabes. Bueno, al menos a mí me lo ha parecido. No sé, a lo mejor me dices que no lo habías pensado.
Me ha encantado. Qué cabrona.
Si algún día alguien te deja una cinta de vídeo en las escaleras de entrada, cuéntalo, ¿vale?

Que me alegro mucho de esta nueva etapa.

(Y ahora me despido al más puro Whitman style)

Y cuando estés en tu nueva casa
abre las ventanas
de par en par
y deja que entren
las abejas
la pinaza
los ladridos
los cantos de los niños
el aire
y
sobre todo
el sol.

Un beso ;)

Tomás dijo...

Envidia sana. Adoro la decoración y el estilo minimalista. Que la disfrutéis!

Saludos
tomás

Natsuki dijo...

Hola Diego!
Me alegro de verte por aquí, con comentario, quiero decir ;)
Pues sí, te leo cada día, bueno cada día que escribes algo, que es bastante a menudo. Yo me asusto un poco (bueno, susto así en broma, eh?) cuando dices muchos tacos en tus posts; no entiendo el porqué, pero mola, supongo que es eso del "dirty realism" que tengo que aprender...
La casa lynchiana. Cómo no iba a acordarme de la enorme Lost Highway. Pero la mía es más bonita, porque además tendrá dos niñas: la Luna, que ya la conoces, y Uma, una gatita negra de tremendos ojos amarillos. Amigas y residentes en el sillón más cascado del comedor. Hay que verlas para entenderlo. Dos auténticas showgirls :p
Me alegra que te guste. Creo que es perfecta para mí/nosotros. Ya me conoces, hay cosas que no cambian :)
Invitado quedas. Y si eso, a Sheila le hacemos bolitas de patata, que sé que le gustan ;)
Dejo atrás una época en la que llovía hasta en la cocina. Ahora sólo queda hacer camino.

PD: aguda poesía, jeje

Abrazos transparentes!

Natsuki dijo...

Tomás, a tu salud, a la de todos los que siempre me leéis ;)

Una sonrisa de oreja a re-oreja!

Sita dijo...

Creuant els dits, Natsuki, creuant els dits per a que tot vagi bé! Enhorabona. Bona tria: en la casa i en la companyia ;-)

Esther* dijo...

Ayyy!

Que envidia sana! podías inventar una ciberpiscina para tus conocidos bloggeros nooo?

Yo me he mudado ya cinco veces a lo largo de mi vida y cada una de ellas me ha dolido dejar recuerdos entre las paredes. Pero en un día de lluvia intensa como el de hoy te aseguro que siempre, siempre, vuelve a salir el sol y se cierran los paraguas.

Buena suerte!
Muuuak*

Natsuki dijo...

montse, diuen uns que "qui espera, desespera". Però d'altres, com el yayo Pau - qui, sino?- ens ensenyen que "la vida ens l'hem de prendre amb filosofia".
I aquí ens enganxem nosaltres. Tot arribarà...

;-)

Natsuki dijo...

esther, reflexionaré sobre la ciber piscina, todo es intentarlo...! ;)
Sí, yo también he arrastrado paquetes unas cuántas veces de un hogar a otro y siempre acabas dejando en los rincones una pequeña parte de ti.
Pero de eso se trata, de hacer camino, ¿verdad? :P

Un abrazo grande!

Qae dijo...

Tu casa acojona. Pero es más bonita que todas las cosas. Es diáfana, cinematográfica y carente de morralla emocional (por el momento, supongo). Una vez me dijo un amigo que le gustaría tener por muebles cajas amontonadas de Telepizza, y nada más, y no me pareció mala idea. Lo único que veo de malo a tu morada es que atrae a enanos sin cejas. De eso no te salva ni Dios.

Natsuki dijo...

Qae, me alegra que te guste. Siempre he estado alejada del estilo marbellí ;-)
Hombre, pensándolo bien lo de tener cajas de Telepizza como mueble es muy moderno y va con el rollo sostenible, pero no sé... creo que acabaría agobiada de oler siempre a pizza barbacoa o formaggio.
Como opciones para la casa, siempre podemos sacarnos unas pelillas alquilando la casa como plató made in Cervelló para Lynch. Eso sí, faltarían unas fantásticas cortinas de terciopelo rojo.
Sólo espero no encontrar en ninguna de las habitaciones a René descuartizada. Sería un auténtico marrón, sobretodo por el tute de limpiar que nos tocaría después! ;)

Abrazo atrasado cunpleañero!!
:-********