
Hablaron por teléfono mientras él caminaba por una calle llena de extraños. Ella, conduciendo de regreso a casa, en ráfagas lánguidas, como pequeñas oleadas venidas de allá. Él, sin explicar su mutismo, ella, escarbando en su ausencia. Palomas grises en una jaula sin barrotes, deteniéndose en su reflejo, esperando, oyendo promesas huecas.
Conversaron mientras ella dibujaba con el perfil de sus manos el asiento vacío, hogar de tantos gemidos hoy ahogados. Incapaces ambos de traspasar la barrera de vocales fronterizas, de consonantes parapetadas. Con los puntos de destino esfumados y la pintura punzante en el aire.
Charlaron con un pasado precipitado por el tiempo, disipado en el frío, oculto en lo más cercano, arrojado.
Pero en realidad, ya ni se oían.
8 comentarios:
"escarbando en su ausencia"... pero qué buena eres jodía!! tristísimo ese flotar último entre los restos de un naufrágio anunciado.
raúl, gracias y gracias ;-)
Puedo imaginármelos: sus colores, como huelen, como respiran...
"escarbando en su ausencia". Más bonito si nos reconocemos en ello. Yo me he quedado con "la barrera de vocales fronterizas, de consonantes parapetadas" y el final... Creo que es algo que yo llamo "tú. Y casi siempre yo.". Me has despertado un recuerdo, Natsuki...
Palomas grises en una jaula sin barrotes... me suena a nosotros mismos. Las palomas, en lugar de representar al paráclito, me suenan a sucia humanidad, reflejo sucio de lo sucio en lo sucio... Nosotros y ellas enjaulados y sin jaulas.
Felicidades por el texto
Un texto precioso Natsuki. Para perderse, evocar, recordar...
Un besazo
montse, bienvenidos los recuerdos porque nos ayudan a no olvidar y a saber dónde estamos ahora...
diego, tú lo has dicho: no hacen falta más explicaciones ;-)
jc, gracias mil, con abrazo apretujado incluído
:-****
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