Iconografía

jueves, 17 de enero de 2008

Ejercicio cardiovascular

Rutas
No me obligues a soñar, la magia no existe. Te lo dije.
Escalones. El primero, creado a imagen y semejanza de un titán, embaucador sin flauta, sin niños, parece insalvable, pero cuando recuperas el suelo llano, observas que era algo circunstancial, cuestión de perspectiva, de tener valor, de recordar cómo se hace.
Número dos. Un edredón sin funda, un armario blanco, pomos que no cierran, la canción que no para, pies fríos, la noche siempre, yogures de coco, un mantel y pan con tomate. Andas a oscuras, casi hacia dentro te susurro: tus caderas.
Ya voy por el tercero, sigo, subiendo, serpenteándote, volviendo a sentir la ligereza que da la libertad, la confianza. Dejo correr las manos por la pared de esta torre, sin miedo a estar en penumbra. Todo se empapa y vuelve esa maravillosa aspereza de lo real. Y no asusta, porque arriba todo es azul.
El cuarto... el aire que huye, me ahogas, me paro, me suelto. Miro hacia arriba. Me rompo, me caigo. Ya.

4 comentarios:

interpreta-sones dijo...

4 escalones hasta el azul. está tan cerca que merece la pena intentarlo. aunque nos tengamos que levantar una y otra vez. aunque pasemos más tiempo, casi, recogiendo nuestros pedazos del suelo.

Natsuki dijo...

raúl, sin duda ;-)
Aquí se trata de haber estado arriba y caer rodando...

Qae dijo...

Sigues con tu preciosa sinfonía de colores y eso me gusta. Ayer tuve un día extraño, uno de los que te hacen pensar en hacia donde se dirigen las escaleras. Y me di cuenta de una cosa. En realidad de igual. Lo importante no es la meta, lo importante es que mientras las subes te hace bien. Son entretenidas las escaleras. No hay nada mejor que recrearte en tus pasitos cortos. Pero siempre sonriendo. Hay cosas que van mal, obvio, hay momentos gris sucio pero, de verdad, merece la pena. Hoy soy feliz. Me he propuesto subir el Empire State al modo tradicional y después la Torre Eiffel, y cuando se me acaben los edificios altos, me agenciaré unos pies de gato y me iré a buscar montañas escarpadas. Me va a gustar subirlas. ¿Alguien se apunta? Yo mientras os cojo de la mano y no dejo que os caigáis. Si queréis, si os apetece...

Natsuki dijo...

qae, yo, ya puedes añadirme a la lista ;-)
Mi mano es pequeñita, de muñecas diminutas, hay que cogerme bien, con fuerza pero sin apretar.
El camino es largo, ¿pero a quién le importa eso?