Iconografía

viernes, 4 de enero de 2008

Metamorfosis

Mariposa isabelina de Cazorla, fotografía de José Miguel Nieto Ojeda
Aun recuerdo el nudo que tenía en el estómago la Navidad del 2005 cuando, después de llamarte varias veces, no dabas señales de vida. Algo me decía que las cosas no iban bien. Cuando por fin escuché tu voz y me dijiste que tenías algo que decirme, que habías preferido dejar pasar esas fechas tan señaladas... No hizo falta más. Lo supe, antes de oír la palabra cáncer a través de tu voz telefónica. Cáncer y cáncer de pecho.
Durante unos segundos, mil imágenes por mi cabeza: no podía ser, era una broma, un cruce de líneas me llevaba a una conversación equivocada. Pero no, eras tú, mi "bruixeta", la de los rizos rebeldes, a la que conocí cuando no levantábamos ni un metro del suelo, con la "seño" Mª Carmen de sargento. Tú, diciéndome que la historia (otra historia) volvía a repetirse. Ahora en ti, ocho meses después de enterrar la risa de mi madre.
Me lo expllicabas y mis oídos taponados ante tanto dolor. Tus palabras, lejanas, como un eco que no fuese conmigo. Y yo intentaba sonreírte con mi voz, pero me rompía a cada sílaba. "No pasará nada, todo irá bien, estarás muy controlada, bla, bla, bla...". Y un no me creo nada resonante en mi estómago. Recuerdo que colgué y tenía tantas ganas de llorar, que ni siquiera pude hacerlo. El pánico a perderte, a seguir perdiendo, me duró unos días, los justos, hasta sobreponerme. Porque todo acababa de empezar.
Cada día que subía las tortuosas escaleras a tu casa, que comíamos, que charlábamos, las dos, tu madre, Zita y Tango, Gus, eran una alegría brutal. El camino de vuelta, empañado. Era como un grifo que gotea, tapado con cinta aislante, se la quitas y el agua sale a borbollones. Pero la inundación merecía la pena: verte, tu media sonrisa (suficiente), nuestras bromas macabras entorno al tema (¡qué sino!), tus esfuerzos por seguir adelante, hundirte y levantarte, cansadísima pero arriba, desplomada, también, el apoyo eterno de Gus, ver llorar a tu madre sin que tú estuvieras y llorar con ella, celebrar el nacimiento de la primera pestaña mejor que el Gordo de Navidad, hacer jolgorio por el ahorro de tanta depilación absurda, buscar gorros, observar unas uñas mutantes y doloridas, subir y bajar de peso como una noria, hincharte, deshincharte, pero tú siempre, quererte cada día un poco más (yo, tú, los que importan), la valentía de cruzar medio mundo para ir a otro junto al amor de tu vida un mes de vacaciones, soportar un elemento extraño dentro de ti que, a la vez te proporcionaba esa parte de vida que te faltaba, la jarana al abandonarlo...
Volver a ser mariposa, como decías hace unos días.
Y chillar, desgañitarte, aullar. Y abrir las alas.

12 comentarios:

interpreta-sones dijo...

wow!! que me emocionas coño!! me alegro mucho de que la "bruixeta" tenga unas alas bien hermosas.

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

¡()!

Natsuki dijo...

raúl, ;-)

diego, también :-D

Thalassa dijo...

Lágrimas en mis mejillas. Sin dolor. Ahora sonrío de oreja a oreja. Lo que me costó decírtelo, sufría más por ti que por mi. En mi etapa de crisálida te tenía a mi lado en las comidas sin comer y en esta etapa mariposa, las alas bien desplegadas y volando juntas con fuerza renovada. Recuerdos de sonrisa de coletas apretadas y, luego, complicidad de libros compartidos. Vuelve el arco iris a nuestra mirada. Miles de besos de colores para mi "fadeta" madrina!

JC77 dijo...

Y luego los demás nos quejamos por gilipolleces (con perdón). Una lección de vida, una más. Tomo nota.

Un abrazo

polyesterday dijo...

Ese dolor pone a prueba. Pero no basta con ponernos en el lugar de los demás. La Agonía de la pérdida es descompensadamente superior a cualquier otro daño físico. La adrenalina en estos casos no es un analgésico suficiente. Toda la anatomía humana no está diseñada para que nos arranquen, sin previo adelanto, aquello que nos pasea, que responde cada día. No estamos hechos para eso. Aunque todo sirve. Sirve, también, para focalizar las gilipolleces cotidianas desde una posición privilegiada, ya sea en primera fila o bien rezagados. Nos permite decaer menos. Sirve, también, para taparnos los labios con las manos, y respirar, a través de ese entramado de falanges y dedos, purificando el aire. Tu sonrisa tiene más valor que la de otros muchos, ya que todo (aunque no lo creas, a veces) te habrá hecho muchísimo más fuerte... o casi.

Anónimo dijo...

Em permeto dir-te bruixeta: k a mi tb em tindras sempre!!! Spero kompartir moltes més koses am tu i am el Gus. "A volar mariposa, a volar!!!". Un peto molt gran.
T' fadeta!!!

Thalassa dijo...

Gachies!
Amuaks!

Natsuki dijo...

thalassa-Bruixeta alada, que volará y volará... siempre.
Sólo hay que seguir el rastro del viento. Y avanzar.

Un arrullo silencioso :-*****

Natsuki dijo...

jc, circunstancias así sirven para valorar cosas tan insignificantes como ser capaz de vivir un día, y otro, y otro más...

Todos nos quejamos más de lo necesario. Yo la primera, seguro...

Un abrazo de chocolate caliente

;-****

Natsuki dijo...

polyesterday, ya, ¿si?, ¿me ves?
Sonrío... ;-)

Natsuki dijo...

onitsuka, gracias, de nuevo, una y otra vez...

:-*************