
Lo dijo Antonio Saura, otro de (mis) grandes. Me pregunto qué le pasaría a Goya por la cabeza, por las entrañas, mientras lo pintaba, cuando lo observaba, ya terminado. De vez en cuando vuelvo a él, o él me busca. Es brutal. O, al menos, a mí me lo parece: por lo que se ve, por lo que no y sólo se intuye. ¿Qúe habrá bajo esa arena-agua? ¿Qué late en esa mirada?
2 comentarios:
¡Qué maestro! Escalofriante y dulce, oscuro y tierno...
Diego, es precioso, precioso... ;-)
Publicar un comentario