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jueves, 27 de diciembre de 2007

Y ella respondió: "Ty sám hospodin"

Once, de John Carney (2006)
La búsqueda del triunfo, a modo de sueño en lugar de para enriquecerse. Once, pequeña criatura, "indie" al extremo, pero tan bonita y tan llena de vida que es difícil no dejarse llevar por ella. No estamos ante una obra perfecta -ni falta que hace-. Es necesario participar del juego que nos propone, de su construcción a base de preciosas canciones porque de lo contrario puede incluso resultar plomiza y repetitiva. Tiene el mérito de aunar amor y humor: el heroinómano del principio, la encantadora aspiradora guardiana, la canción del autobús...
Para el recuerdo: la bellísima melodía que la pareja improvisa en la tienda de instrumentos musicales; el plano-secuencia nocturno de Marketa andando por las calles mientas canta con los auriculares puestos o la conversación de ambos en el mirador, enmarcada por la melancólica costa irlandesa.
Y un final de los que te dejan derrumbada, aunque con media sonrisa. Como la vida misma.

4 comentarios:

Qae dijo...

¿Te diste cuenta de que ni él ni ella tienen nombre? En el reparto oficial se llaman Guy y Girl, como los protagonistas de los cortos no filmados que cruzan miradas en el autobús y que deberían casarse y comer perdices.

JC77 dijo...

Lo dicho Natsuki que me tienes que dar clases particulares de cine porque me doy cuenta de que no tengo ni idea... ;)

Un abrazo cinéfilo enorme

Natsuki dijo...

qae, ni les hace falta, ¿no crees? ;)
Se encuentran, se conocen, se reconocen y vuelven a desaparecer.
Y un piano que todo lo ve. Buf... pero que boniiiiiiiiito! :-D

Natsuki dijo...

jc, bueno, algo sé pero... ¡qué va! ;-)
Sólo que soy una enferma del cine, podría ir cada día y ver varias pelis y creo que no me cansaría nunca, jejeje :-D

Otro abrazo gigante pa' ti
:-****